“El programa procede de las aspiraciones del pueblo sirio y cumple con sus demandas. También depende de la asociación entre todos los componentes del pueblo sirio, y cuando los negociadores alcancen un acuerdo sobre una carta magna, ésta se presentará a referéndum popular. Por lo tanto, cuando una nueva Constitución se establezca, se someterá a referéndum popular y luego se celebrarán unas nuevas elecciones parlamentarias”, explicó el ministro de Exteriores sirio.
Él reiteró que la crisis de Siria es el resultado de “una enorme conspiración internacional que el país nunca había enfrentado antes” y que toma como blanco el Estado, las infraestructuras, la convivencia entre distintas comunidades y la ética que habían caracterizado a los sirios durante décadas.
Desde aquí, el ministro indicó que “el Comité gubernamental llevará a cabo comunicaciones intensivas con todos los componentes del pueblo sirio, incluyendo la oposición nacional de dentro y fuera del país,” y señaló que “todos aquellos que rechacen la intervención extranjera y la violencia podrán comunicarse con el Comité”.
Al Muallim aclaró que “el programa político para resolver la crisis en Siria se basa en el concepto de asociación y no se mueve desde la parte superior a la base,” subrayando que “el actual gobierno es responsable de la realización de la fase preparatoria del diálogo nacional, cuyo resultado será un gobierno de unidad nacional”.
“El programa político es la interpretación siria del vago período transitorio en la Declaración de Ginebra”, agregó, asegurando que “no habrá ninguna discusión con nadie sobre nada fuera de este programa.”
Por otro lado, el ministro de Exteriores sirio abordó la postura rusa sobre la crisis de Siria, señalando que “la posición de principio de Rusia se basa en respetar la Carta de las Naciones Unidas y rechazar la intervención extranjera en los asuntos de Siria, además de la adhesión a la Declaración de Ginebra, que es la base de la solución”.
Con respecto a la visita a Siria del enviado de la ONU, Lakhdar Brahimi, Al Muallim señaló que “Brahimi no vino a Damasco con un proyecto de solución política. Más bien, adoptó una posición que coincide con la de EEUU y los países del Golfo árabe que han conspirado contra Siria.”
Al Muallim aseguró que “nadie tiene permiso para asaltar la posición de la Presidencia,” pero expresó, al mismo tiempo, su disposición a “seguir cooperando con Brahimi.”
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