Un chef de 34 años se protege con una indumentaria antibacteriana para uno de sus platos más secretos.
El plato se llama “Kick Ass Atómica” y el cocinero, Muhammed Karim, debe utilizar una máscara de oxígeno cada vez que la prepara, de lo contrario podría perder el conocimiento por el humo que la misma genera.
El personal del local de comidas está preparado para atender a cualquier cliente que sufra alteraciones físicas tras comer el picante.
Ahora, el dueño del restaurante inauguró una competición llamada “Kick Ass Atómica Challenge”, para premiar con 100 euros a quien se atreva a comer 10 patas de pollo bañadas en la salsa picante en menos de 15 minutos.
Hasta ahora, de las 20 personas que se atrevieron a participar, el récord obtenido es tan solo de dos patas.
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