La astrofísica italiana Margherita Hack, de reconocido prestigio y que a lo largo de su carrera trabajó para acercar los descubrimientos en esta disciplina científica al gran público, murió este sábado a los 91 años.
Hack falleció en el hospital de Cattinara, en la localidad de Trieste (norte de Italia), donde permanecía ingresada desde el pasado sábado, después de que los problemas cardíacos que sufría se agravaran, informaron los medios de comunicación locales.
Nacida en Florencia el 12 de junio de 1922, se licenció en 1945 en Física, tras lo que realizó diferentes colaboraciones con centros tanto dentro como fuera de Italia, entre ellos las prestigiosas universidades estadounidenses de Berkeley o Princeton.
Desarrolló una amplia trayectoria como profesora de Física en la Universidad de Trieste y durante más de veinte años, entre 1964 y 1987, dirigió el Observatorio Astronómico de dicha ciudad, convirtiéndose así en la primera mujer en Italia en estar al frente de un centro de este tipo.
Colaboró en diferentes proyectos con la NASA y con la Agencia Espacial Europa. Además de su pasión por la ciencia, demostró un fuerte compromiso con la sociedad y la política italiana.
Fue candidata en diferentes ocasiones en las elecciones al Parlamento italiano y finalmente, en las listas del Partido Comunista, logró un escaño en la Cámara de los Diputados en 2006, al que acabó renunciando para poder dedicarse a tiempo completo a la astronomía.
Conocida como “la amiga de las estrellas”, título que ella misma dio a una autobiografía que publicó en 1998, Hack luchó de forma activa contra la discriminación sexual de las mujeres y en favor de los derechos de los homosexuales.
Atea convencida, se mostró a favor de la eutanasia y de la libertad en la investigación científica. Tras la noticia de su muerte, en Italia se sucedieron los mensajes de reconocimiento a su figura y su carrera, tanto entre la sociedad civil como entre los representantes institucionales del país.
El presidente de la República, Giorgio Napolitano, señaló que “sirvió y honró a Italia también en el ámbito internacional”, al tiempo que destacó que “representó un fuerte ejemplo de pasión civil, dejando una noble impronta en el debate público y en el diálogo con los ciudadanos”.
Por su parte, el primer ministro italiano, Enrico Letta, manifestó que “Italia y la comunidad internacional pierden a una protagonista absoluta de la investigación científica. Una mujer que, además, fue capaz de combinar con pasión su compromiso profesional, con el social y político”.
EFE
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