En algunas culturas hay números muy simbólicos, por ejemplo en México el 41 se relaciona con los homosexuales, en gran parte del mundo el 13 se considera de mala suerte, el 69 si no saben lo que significa mejor ni se los explico. Hoy explicaré por qué el 666 es conocido como el “Número de la Bestia”.
La historia se remonta a la antigua babilonia del siglo XIV aC. En aquellos tiempos los sacerdotes babilónicos crearon un sistema politeísta de varios dioses asociados a la astrología, tenían un dios para el Sol, otro para la Luna y otros para planetas y algunas estrellas. Dentro de ese sistema se tenían 37 dioses de los cuales el Sol era el principal.
En algún momento las creencias religiosas se mezclaron con las matemáticas y se le asignó un número a cada dios, empezaron en el 1 y llegaron hasta el 36. Al Sol, por ser el principal, le asignaron la suma de todos los demás, con lo cual: 1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 + 8 + 9 + 10 + 11 + 12 + 13 + 14 + 15 + 16 + 17 + 18 + 19 + 20 + 21 + 22 + 23 + 24 + 25 + 26 + 27 + 28 + 29 + 30 + 31 + 32 + 33 + 34 + 35 + 36 = 666.
Para ellos, los dioses los habían creado y podrían destruirlos en cualquier momento, por lo que crearon una matriz conocida como cuadrados mágicos. Esta matriz era un tablero parecido al de ajedrez con 6 cuadros de cada lado. Ellos colocaban a sus dioses de tal forma que todos las líneas formadas siempre sumaran 111, de forma parecida a como funciona el sudoku actual. Evidentemente, la suma de todas las columnas o todas las filas también suma 666.
Este número se volvió un sinónimo de un dios todopoderoso capaz de destruir a la humanidad entre las religiones paganas previas al cristianismo. Cuando se escribió la Biblia se tomó esta referencia y se planteó como un sinónimo del mal. Nunca me imaginé que las matemáticas fueran las culpables.
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