Cuando alguien dice “me rompieron el corazón” no habla solo metafóricamente, sin querer o saber, también habla literalmente.
Estudios científicos muestran que el dolor emocional así como el enojo hacen que aumente el riesgo de que este órgano enferme e incluso de morir.
Un corazón roto no solo altera las emociones de la persona, su salud cardiovascular también sufre y se le debe prestar atención. Por ejemplo, un estudio publicado el año pasado en la revista Circulation señaló que el riesgo de muerte por un ataque al corazón se multiplica por 21 las primeras 24 horas después de la muerte de un ser querido.
El estudio, hecho con 2,000 personas durante ocho años señaló que el riesgo baja conforme pasan los días, pero no se reduce rápido; durante la primera semana tras la pérdida el riesgo de muerte es ocho veces mayor al normal.
Aún más, todavía un mes después de la muerte del ser querido las posibilidades de morir son el doble de las que se tienen en condiciones normales.
“El duelo se asocia con depresión, ansiedad y enojo, y estas sensaciones se relacionan con aumentos en la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Esto hace que la sangre sea más propensa a formar coágulos y podría llevar a un infarto”, expresó en un comunicado de prensa Elizabeth Mostofsky, coordinadora del estudio.
Más evidencia
Otro estudio del Instituto Nacional de Envejecimiento de Estados Unidos señaló que luego de la hospitalización de una persona por una enfermedad delicada, su pareja aumenta el riesgo de morir del corazón.
La investigación, publicada en 2006 en la revista New England Journal of Medicine , siguió durante ocho años a más de 500,000 parejas en donde al menos uno de los dos tenía 65 años o más.
Los científicos vieron que el riesgo de morir del corazón aumentaba entre un 12% y un 22%, una cifra similar a la vista en muchas personas que perdieron a su pareja durante la investigación.
“Cuando una persona se hospitaliza el riesgo de muerte por males de corazón sube en su pareja, y se mantiene elevada por cerca de dos años”, afirmó en un comunicado de prensa Richard Suzman, coordinador del estudio.
“Aún no sabemos cómo es que esto se da y cómo nuestros círculos sociales afectan la salud. Necesitamos explorar los mecanismos que hay detrás de las hospitalizaciones mientras también buscamos formas de apoyar las emociones de tener a una pareja en el hospital”, agregó.
Aunque los especialistas señalan que nada pueden hacer las personas por cambiar sus emociones, sí pueden buscar tener actividades que beneficien al corazón, como hacer más ejercicio, dejar de fumar o comer más sano.
GDA
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