El gobierno federal entró a las 12:01 a.m. de hoy efectivamente en su primer cierre parcial en 17 años, por el cual cerca de 800,000 empleados civiles tendrían que quedarse en sus casas y se limitarían servicios clave a ciudadanos.
Después de otra larga jornada en el Capitolio y a pesar de tres nuevas votaciones, el debate no avanzó una pulgada y quedó igual de estancado que la semana pasada.
Después de que fracasaron las resoluciones republicanas que buscaban condicionar la extensión temporal del presupuesto de 2013 al inicio hoy del año fiscal 2014, la Cámara de Representantes propondría al Senado formar un comité de conferencia que trate de armonizar las visiones que nadie sabe cómo se podrán acercar.
Pero, el líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid (Nevada), descartó participar de un comité de conferencia y volvió a reclamar una medida que extienda temporalmente los gastos del gobierno federal, sin imponer condiciones.
En preparación para el cierre parcial del gobierno federal, el presidente Barack Obama firmó la única medida que ha logrado consenso en los últimos días: asegurar que los salarios de los militares y la Reserva activa no se afecte por el envío a casa de cientos de miles de empleados civiles del Pentágono.
En dos ocasiones ayer, el Senado, en votación partidista, 54 demócratas a favor y 46 republicanos en contra, rechazó los esfuerzos republicanos por condicionar la prolongación del presupuesto federal actual a que por lo menos se detuviera alguna parte fundamental de la reforma federal de salud, Obamacare, la ley que han combatido sin éxito durante los últimos 3 años y medio.
En horas de la noche, la mayoría republicana de la Cámara de Representantes había logrado volver a enmendar la resolución, esta vez para exigir que se dejara sin efecto durante un año el mandato de Obamacare a los individuos que tienen suficientes ingresos para que adquieran un plan médico, sujeto a multas.
En su más reciente esfuerzo por afectar Obamacare y quedar bien con los activistas del Tea Party que les exigen acción en contra de esa ley, los republicanos decidieron añadir también lenguaje que persigue eliminar el subsidio que el Congreso le da a los legisladores y sus empleados para adquirir un plan médico.
La votación de ayer en la Cámara baja fue 228 a 201, pero para complicar aún más la crisis política, aunque 12 republicanos –ultraconservadores y moderados– se opusieron, nueve demócratas moderados se les unieron.
En unas 45 ocasiones la Cámara baja ha aprobado diversas iniciativas dirigidas a derogar la totalidad o partes de Obamacare. Y en todas las ocasiones esos esfuerzos han sido engavetados en el Senado.
Una hora después de que la Cámara baja aprobó sus nuevas condiciones, el Senado se reunió por segunda ocasión en el día –y por tercera vez desde el viernes– para eliminar el lenguaje republicano y ratificar una medida que dé continuidad a los gastos actuales del gobierno federal sin imponer condición alguna.
Al presidente Obama y a los demócratas del Congreso les parece que los republicanos no solo ladran a la luna al querer frenar Obamacare, sino que “una facción, de un partido en una cámara, de una rama legislativa” amenaza la recuperación económica de Estados Unidos.
Los estimados son que cerca del 40% de los poco más de 2 millones de empleados civiles federales pueden tener que estar en licencia sin sueldo durante el tiempo en que el Congreso no se ponga de acuerdo para financiar el presupuesto del nuevo año fiscal federal, que comienza hoy. Los demás, no obstante, no saben cuándo podrán cobrar su cheque.
Serio golpe
“El cierre del gobierno va a tener un impacto económico en gente de carne y hueso, de inmediato. Los pasados cierres han dañado la economía significativamente. Este también lo hará”, indicó Obama, quien habló desde la Casa Blanca en momentos en que cientos de empleados civiles del gobierno federal se marchaban a sus casas, sin saber si a partir de hoy podrán contar con sus salarios.
Obama advirtió que no solo los museos y ciertos edificios federales estarán cerrados como consecuencia de la falta de presupuesto, sino que la asistencia a veteranos y los servicios de préstamos federales, entre otras cosas, quedarán limitadas.
La NASA, con excepción del centro de control que apoya los astronautas en la Estación Espacial Internacional, estaría prácticamente sin funcionar, resaltó Obama.
Como los militares muchos empleados vinculados a áreas de seguridad están exentos de la orden de cerrar parcialmente funciones del Gobierno federal.
Los republicanos hicieron claro que lo que quieren es sentarse a negociar sobre Obamacare, en momentos en que parecen temer que la puesta en marcha, a partir de hoy, de los centros de intercambio de seguros le dé un impulso al estatuto que lo haga irreversible.
“Obamacare cuesta empleos”, repitió el speaker cameral John Boehner (Ohio), a quien diversas fuentes consideran arrinconado, ante la presión de los más conservadores republicanos que insisten en utilizar la situación presupuestaria para buscar una negociación sobre Obamacare.
El Gobierno necesita casi $1 billón para mantener los gastos fiscales que requiere renovar anualmente. Otras asignaciones dependen de leyes que autorizan los gastos por más de un año.
El cierre parcial del gobierno federal sería el primero desde finales de 1995, cuando en dos ocasiones el Congreso, hasta principio de 1996, no pudo ponerse de acuerdo y oficinas tuvieron que dejar de funcionar durante 26 días.
Entonces, el Gobierno federal calculó que el cierre parcial le costó cerca de $1,400 millones, lo que en términos del costo de vida actual representaría unos $2,100 millones, según el periódico The Washington Post.
“Esta vez la situación será peor”, dijo la congresista demócrata Louise Slaughter (Nueva York), al indicar que en 1995 ya se habían aprobado algunos proyectos de presupuesto para el nuevo año fiscal. En esta ocasión, no se le ha dado el visto bueno a ninguna de las medidas presupuestarias para el año fiscal 2014.
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