Esos personajes que conocemos de películas, novelas, leyendas… de los cuales tenemos una imagen hecha que no es del todo certera. Eran valientes como pocos, con un instinto animal para la lucha, eran guerreros que dominaron Japón entre los siglo XII y XIX.
Su armadura se llama “Yarai” y era su principal seña de identidad, con esta vestimenta daban constancia de su estatus, ésta se componía de:
El Kabuto, que era un casco reforzado con varias placas de hierro, y muchos adornos. Además se le añadía protección en la nuca y la frente.
Un escudo que estaba formado por tres círculos engarzados en un fondo de hojuelas, que hace referencia al escudo de la familia samurái. Este emblema está también representado en casco y peto.
El Hanedate, es la falda. Se formaba por cuatro anchas tablas que protegían muslos y vientre. Por la parte de atrás llevaba una enorme tela flotante que interceptaba los ataques por la espalda.
El Do, un peto a prueba de flechas, fabricado por hierro que protegía la zona central del cuerpo, las láminas de hierro iban unidas por cintas de cuero.
El sobe eran las amplias hombreras que llevaban, hechas con placas articuladas cuyo fin era defender al guerrero por los lados.
Además tenían mangas metálicas y espinilleras, conocidas como suneate, que protegían las articulaciones.
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