Más de 125 millones de las mujeres y niñas del mundo han sido sometidas a la ablación de sus órganos genitales externos y 30 millones de niñas corren el riesgo de padecer esa mutilación en la próxima década, advirtió este lunes Unicef.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia presentó hoy en Washington su informe más amplio sobre esta práctica tradicional, que sobre todo se da en África y Oriente Medio, titulado "Mutilación/Ablación Genital Femenina: un panorama estadístico y una exploración de la dinámica de cambio".
"La mutilación/ablación es una violación de los derechos a la salud, el bienestar y la autodeterminación de las niñas", afirmó Geeta Rao Gupta, directora ejecutiva de Unicef.
Aunque hoy en día hay una mayoría de personas en contra de la ablación en los países donde aún se practica y también hay legislación que la prohíbe, "millones de niñas siguen en considerable peligro", advierte el informe.
La mutilación o ablación genital femenina ha sido prácticamente abandonada por ciertos grupos o países, pero esta "atrincherada" en muchos otros, a pesar de los peligros para la salud que representa para las niñas e incluso aunque haya legislación que la prohíba y los gobiernos y organizaciones no gubernamentales se esfuercen por persuadir a las comunidades de abandonarla, dice Unicef.
Según el estudio, que abarca 29 países de África y Oriente Medio, en Somalia, Guinea, Yibuti y Egipto esta práctica sigue siendo "casi generalizada" y más de nueve de cada diez mujeres de edades entre 15 y 49 años la han sufrido.
Además, no se registra un descenso "apreciable" en países como Chad, Gambia, Mali, Senegal, Sudán y Yemen.
Sin embargo, las investigaciones en los 29 países del estudio muestran que en más de la mitad las niñas tienen hoy menos probabilidades de ser mutiladas que sus madres y que la ablación cada vez tiene menos respaldo popular "incluso en países donde sigue siendo casi generalizada".
"En Kenia y Tanzania, la probabilidad de que una chica de edad entre 15 y 19 años haya sido mutilada es tres veces menor que la de las mujeres de 45-49 años. La prevalencia ha caído a casi la mitad entre las adolescentes de Benin, la República Centroafricana, Iraq, Liberia y Nigeria", señala el informe.
Además, según los resultados de la investigación, no solo son más numerosas las mujeres y niñas contrarias a la ablación genital: también un número "significativo" de niños y hombres se oponen.
"En tres países, Chad, Guinea y Sierra Leona, más hombres que mujeres quieren que se acabe", señala Unicef.
Si persiste la práctica es porque hay una brecha entre las opiniones personales de la gente respecto a la ablación y el "sentido de obligación social", "exacerbado por la falta de comunicación abierta sobre este tema sensible e íntimo".
Unicef considera que, además de las leyes contra la ablación ya existentes en la mayoría de países, son necesarias medidas complementarias, políticas sociales que promuevan un cambio de mentalidad y "desafiar" la idea errónea de que "todos los demás" aprueban el eliminar los órganos femeninos externos.
También destaca el papel de la educación en la promoción del cambio social y menciona al respecto el hecho de que cuanto más alto nivel educativo tiene una mujer, menor es el riesgo de que sus hijas sean mutiladas, e insta a trabajar "con las tradiciones locales en lugar de contra las mismas".
"Lo que queda claro de este informe es que la legislación por sí misma no basta. El desafío actual es dejar que las niñas y las mujeres y los niños y los hombres hablen alto y claro y digan que quieren que esta dañina práctica acabe", señaló Geeta Rao Gupta.
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