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Mala circulación. Ésa es la responsable de que muchas mujeres -y también hombres- se despierten por las mañanas luciendo antiestéticas bolsas en la zona que está inmediatamente debajo de sus ojos, haciendo que su mirada luzca cansada e incluso triste.

"¿Dormiste mal? ¿Lloraste?", les suelen preguntar. Pero la respuesta es sencilla: "Simplemente me despierto así".
"Las bolsas en los ojos principalmente aparecen por retención de líquido (…) Muy pocas veces tienen infiltración grasa y cuando eso ocurre es porque hay un problema que se ha mantenido en el tiempo", explica Francisco Navarrete, kinesiólogo.
El especialista agrega que bajo los ojos es una zona muy irrigada y que debe estar provista de suficiente líquido para lubricar los ojos. "Todo lo que proviene de las lagunas lagrimales sale de la circulación que hay en esa zona. Por lo mismo, tiene que haber líquido y éste tiene que ser de buena calidad", sostiene.
El problema surge cuando el líquido se comienza a acumular y provoca una deformación de la piel, haciéndola parecer como si estuviera hinchada o inflamada. Y esto es algo que afecta tanto a los jóvenes como a quienes ya no lo son tanto.
"Las personas más jóvenes retienen la misma cantidad de líquido que las mayores, pero tienen una piel mucho más elástica. Por lo tanto, con un poco de descanso o un buen masaje, las bolsas se deshinchan y no se mantienen en el tiempo", afirma el kinesiólogo.
¿Cómo se tratan? Según Francisco Navarrete, hay que partir por la prevención y para eso es importante tener un buen descanso y llevar una buena alimentación. También se puede recurrir a algunos remedios caseros. "Usar un antifaz de frío durante 5 a 7 minutos todas las mañanas, es muy útil. El frío actúa como vasoconstrictor y hace que se reabsorba el líquido que está retenido en la zona", indica.
Y si no tienes un antifaz a mano, bueno es un algodón empapado en agua bien fría, una rodaja de pepino o una cuchara dejada por algunos minutos en el congelador.
Sin embargo, en los casos más graves, cuando las bolsas son más "rebeldes", la alternativa es recurrir a un buen drenaje linfático. El especialista indica que debido a la cercanía del ojo, lo recomendable es  optar por las maniobras manuales.
También en casa
Y cuando no se puede recurrir a una persona especializada, es posible realizarse un automasaje. "Debe hacerse desde el lagrimal hacia afuera, aplicando una presión muy suave. Antes se pueden hacer de 10 a 15 círculos con las yemas de los dedos en las sienes, y la misma cantidad en la zona de detrás de las orejas, y después comenzar a hacer los masajes", dice Navarrete.
La recomendación es hacer las maniobras con los dedos que tengan mayor sensibilidad, para así evitar arrastrar la piel. "No hay que 'tironear', no hay que traccionar. Por eso lo ideal es usar algún producto que ayude a deslizar los dedos sin trasladar la piel”, aconseja el especialista.
GDA

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